07 Ene Somos iguales y diferentes. Respetamos a los demás
Vivimos en un mundo globalizado donde la comunicación entre países no tiene límites. La sociedad es cada vez más diversa por lo que es imprescindible que respetemos a los demás, sin importar condición, cultura, religión o raza.
Es fundamental educar en el respeto a la diversidad, y hay que hacerlo desde pequeños. Por eso en el Centro de Educación Infantil Dolores Ramos los alumnos tienen claro que todos somos diferentes, pero a la vez todos somos iguales.
Somos conscientes de que a estas edades los niños tienden a ser egocéntricos y a conocer su realidad más cercana, pero no por ello debemos evadirlos de una sociedad abierta y diversa. Desde edades muy tempranas los niños son capaces de comprender la riqueza de un mundo globalizado.
¿Cómo educar en el respeto a la diversidad?
Entre otras muchas cosas, hemos de utilizar un lenguaje no discriminatorio; fomentar relaciones con personas de otra cultura o raza; mostrar realidades diferentes a través de películas o cuentos; aprender idiomas; viajar; evitar estereotipos…
¡Todos somos únicos y diferentes! Por eso en nuestro centro trabajamos con los alumnos para que entiendan que cada uno de nosotros tenemos una cualidad especial, una personalidad, una familia diferente… Los niños empiezan a valorar las diferencias dentro del aula para después trasladarlas a su comunidad y a su realidad fuera del colegio.
Acercamos a los más pequeños a todo tipo de diversidad, mostrándoles otras culturas, otros entornos, otros mundos, y ensalzando las cualidades de los mismos. De este modo, aprenden a valorar sus riquezas y desde un punto de vista crítico compararlo con el mundo que les rodea.
Es muy importante hablar a los niños de la existencia de diferentes culturas, razas, gustos, cualidades… En nuestro centro durante las asambleas tratamos temas de respeto e igualdad, ensalzamos sus habilidades y aprendemos a valorarnos a nosotros mismos y a nuestros compañeros.
Dentro de nuestro programa de educación emocional y en valores trabajamos la empatía y el respeto hacia cualquier persona, sea un adulto o nuestro igual, hombre o mujer, nuestro amigo o no. ¡Aprendemos a respetarnos con la palabra y con nuestras acciones!
Los adultos somos referentes para los pequeños, por lo que hemos de ser su ejemplo y demostrarles que el respeto es el pilar básico de la sociedad en la que vivimos. Pero esta cuestión no puede quedarse solo en el centro, por eso familia y colegio vamos de la mano para trasmitir el mismo mensaje.
¡Respetando la diversidad lograremos un mundo mejor!