¿Cómo se adaptan los niños en el C.E.I. Dolores Ramos? - Centro de Educación Infantil Dolores Ramos
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¿Cómo se adaptan los niños en el C.E.I. Dolores Ramos?

PRIMER DÍA DE CLASE. Jaime llegó algo nervioso y despistado. A pesar de ser ya un veterano del Colegio, las nuevas rutinas lo tuvieron demasiado concentrado y no encontraba su clase de 5 años. También hubo nervios, mascarillas de todos los colores, ganas por volver a las aulas y algún que otro lloro. Pero, en definitiva, los peques se han adaptado genial y en estas primeras semanas nos han dado otra lección. Según nos comentan sus profes es increíble lo bien «que hemos comenzado este curso y lo bien que los niños se están amoldando a su nueva clase y hábitos».

Entradas y salidas del centro escalonadas y por accesos independientes. Los ´papás´ no entran al Cole, dejando a sus niños en la puerta correspondiente y en este punto son las profesoras de apoyo las encargadas de guiarles en el proceso de desinfección: lavado de manos y calzado principalmente. Han cambiado muchos aspectos de la actividad diaria, hábitos que después de unas semanas ya entran dentro de la cotidianidad y esto permite que se recupera el ritmo habitual de la clase. Ahora son grupos burbuja de cotutorías que comparten espacio de recreo y comedor; siendo obligatoria la mascarilla en todos los momentos de transición por el edificio.

Lo creamos o no, su adaptación a esta nueva realidad ha sido mil veces mejor que la de los adultos.. Desde el primer día han accedido al centro de una manera ordenada y respetando las medidas de seguridad; sin perder la sonrisa y mostrando en cada momento su alegría por estar rodeados de su compañeros.

En el C.E.I. Dolores Ramos queremos sacarle el lado positivo a esta situación. Aunque es todo diferente y nuevo para ellos, los niños están desarrollando su imaginación y creatividad. Los patios cada vez son más divertidos y los desplazamientos por los diferentes accesos se están convirtiendo en toda una aventura. En este aspecto tienen mucha culpa las profesoras que los acompañan en las horas lectivas, que han tenido que hacer un gran esfuerzo para combinar el «entretenimiento» con el control del correcto uso de la mascarilla y el lavado constante de manos.

Todo esto ha hecho que septiembre sea un mes lleno de emociones, tanto para los niños como para las profes. Cada día es una nueva aventura y una gran hazaña. «Nos levantamos de la cama sin saber qué nos deparará el día pero siempre con optimismo y ganas de seguir haciendo lo que más nos gusta, enseñar», reconocen las docentes. También está siendo un período de aprendizaje para todas ellas, «cada día descubrimos nuevas cosas y nos adaptamos a las circunstancias». Esta situación excepcional y epidemiológica tan incierta nos está demostrando una vez más que en el Cole, como en otros ámbitos de la vida, ante los contratiempos sacamos nuestra mejor versión y siempre hay algo positivo con lo que quedarse. Los niños, nos vuelven a dar una lección.