La psicomotricidad, clave en el desarrollo infantil - Centro de Educación Infantil Dolores Ramos
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La psicomotricidad, clave en el desarrollo infantil

¿Qué es la psicomotricidad? Es posible que los profesores de vuestros hijos os hablen de esta palabra, también los médicos o especialistas, pero ¿Sabemos lo que quieren decir? Saltar, brincar, correr … son acciones relacionadas con la motricidad fina y gruesa; además de un largo etcétera de posibilidades.

La psicomotricidad va más allá. Es un disciplina con la que se ayuda a los niños a desarrollar su movimiento corporal, la relación con los demás y a controlar sus emociones. Es decir, por una parte se trata de la psicología del niño a través de la que se conoce a sí mismo y por la otra a la motricidad: manipular objetos, equilibro y controlar su cuerpo. Se trata de un área del desarrollo del niño casi tan importnate como el habla.

En ocasiones no nos damos cuenta de que la psicomotricidad engloba el aprendizaje de todas las áreas. ¿Cómo aprendimos a atarnos los cordones?, ¿Cómo aprendimos a agarrar el vaso y el tenedor?. Y si fuera poco, ¿Cómo aprendimos a coger el lápiz y la direccionalidad de la escritura?.

Con este aprendizaje se mejora la movilidad del cuerpo, la atención, la memoria e incluso la interacción con otros niños. Es fundamental.

Desde muy pequeños los bebés empiezan a trabajar el desarrollo de los músculos de su cuerpo. Empiezan por la psicomotricidad gruesa: brazos, piernas, coordinación y equilibrio para, poco a poco, aumentar la dificultad, y pasar al desarollo de movimientos más pequeños como la coordinación del hombro, la muñeca y la mano.

En el Centro de Educación Infantil Dolores Ramos creemos que hay que devolverle a la psicomotricidad su importancia y comenzar a desarrollar pequeñas destrezas motrices desde casa. Olvidarnos de las pantallas digitales que, sin duda, debilita dichas habilidades motrices. El movimiento limitado de las tablets frena que ejercitemos nuestros músculos de las manos, que nos ayudarán a que el desarrollo de la escritura se haga de una manera natural, sin futuros problemas en cuanto a la presión y el agarre del lápiz.

En nuestro centro trabajamos la psicomotricidad gruesa y fina. Por una parte, como contábamos ayudamos a los niños a controlar y coordinar movimientos, bailando, corriendo, agachándose o saltando. Por el otro, los pequeños aprenden a recortar, colorear o escribir. Incluso mejoran su destreza manual colgando la ropa en un tendal, cogiendo con pinzas distintas piezas o enganchando unos aros con otros.

Sabiendo ahora la relevancia de la psicomotricidad, ayudeos a nuestros niños con pequeños juegos a trabajar también en casa la atención, la orientación espacial, la coordinación… son la clave para que en un futuro escriban, lean y mantengan la atención de forma natural.